Había una vez una niña que fue al súpermercado y se encontró unos hongos portobello del tamaño de su cara… O sea, ENORMES. Y como nunca había cocinado tales manjares, decidió comprar un par y preparar un rico almuerzo para ella y su mamá, acompañada de unas cuantas cosas más que se encontró en la refrigeradora…
Y el resto de la historia ¿ya se la saben verdad? Sí, el final fue feliz. Sí, comimos riquísimo. Y por eso les comparto este cuento.
Tiempo de preparación: 30 minutos.
Porciones: 2.
Dificultad: Fácil, como todo aquí.
INGREDIENTES:
– 2 hongos portobello
– 1 diente de ajo grande
– Perejil picado
– Aceite de oliva
– Sal y pimienta
Acompañamientos:
– 2 tazas de guicoy cocido
– 1 cucharada de mantequilla
– Sal y pimienta
– 1/2 taza de cebada
Lo primero es lavar los hongos con mucho cuidado. Solo es cuestión de pasarlos por agua cuidando que no se deshagan. Luego en un molde, pyrex o lo que tengan a la mano, resistente al horno, colorcarlos y sazonarlos con sal y pimienta, aceite de oliva, el ajo triturado y el perejil picado.
Hornear los hongos a 350 grados durante 15 minutos.
Mientras eso se hornea, preparen los acompañamientos: Hagan un puré de guicoy o calabaza con mantequilla derretida, sal y pimienta. Para la cebada, poner en una olla con agua y sal hirviendo, a cocer los granos durante 30 hora aproximadamente.
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Servir todo caliente, acompañar con una buena bebida y colorín colorado… ¡Este plato para chuparse los dedos ha quedado! 🙂