Reflexiones de Cuarentena: Una Serie

Reflexiones Covid 19

Escribo esta introducción, solo para que cuando la lea(mos) en unos cuantos años, nos logremos recordar de cómo estamos viviendo en estos tiempos de COVID-19, pero tratando como siempre, de mantener mi forma muy personal de ver las cosas y con un enfoque culinario porque, DUH! When Pao Cooks… Creo que son casi dos meses de semi-cuarentena y todos hemos tenido que hacer cambios en nuestras rutinas diarias. Para mí, estos cambios comenzaron unos cuantos meses antes desde que me convertí involuntariamente en emprendedora, que para mi suerte, todo ha resultado bastante bien.

El trabajar desde casa 24/7 me ha traído MUCHÍSIMAS ventajas, sobre todo porque disfruto mucho más un almuerzo recién hecho, que tener que calentar comida en el microondas, ¡en un tupper! No digamos la flexibilidad de horarios y el poder organizarme como yo quiera y salir de mi zona de confort respecto a temas económicos. Llevaba ya varios meses de estar feliz de este cambio de rutina en mi vida. Sin embargo, cuando a mediados de marzo el estar y trabajar desde casa (y no desde un café Barista y con más personas al rededor) se convirtió en obligatorio por cuestiones de salud y seguridad de todos, ya no estuvo tan divertida la cosa.

Para los que me conocen, saben que trato de verle el lado positivo a todo lo que pueda y a pesar que sí tengo bajones emocionales, en serio hago mi mejor esfuerzo. Y en este caso, el lado positivo ha sido todo lo que he logrado hacer en la cocina. Y no me refiero a retos de recetas o comidas específicas (¡saludos a mi masa madre!), me refiero a temas que me dan un poco más de pena pero que quiero compartir con quienes me leen.

Me recuerdo cuando inicié el blog en 2011, que mi lema, tema o concepto desde el inicio ha sido improvisar con lo que tengo en la cocina/despensa/refri, y me encanta y me rio cada vez que alguien menciona el meme de “Pum! saca un delfín de la despensa”, porque a veces sí pareciera que mantengo muchas cosas que no son muy comunes pero solo se trata de aprovechar cuando sí hay algún tipo de ingrediente “especial”, aunque sea un pedacito, y tratar de hacer algo delicioso con ello.

Y aquí viene entonces la confesión que sí me da pena, pero de la cual estoy orgullosa de estar modificando. Resulta que sí trato de mantener muuuuchas cosas variadas e ingredientes especiales en mi cocina, entre condimentos, salsas, granos, etc. pero sí es cierto que muchas otras veces cuando he tenido un antojo de cocinar/comer algo rico, sí salgo al super a comprarlo, pero es algo que hacemos todos de vez en cuando cuando se nos ilumina la creatividad (o el estómago). Además de eso, confieso que tener tanta variedad de cosas a veces caigo en el pecado del olvido y pues llegan las fechas de vencimiento…

Pero con toda esta locura que parece de una película de ciencia-ficción, mis hábitos de consumo ahora sí han cambiado obligatoriamente, porque mis ganas de ir al super semanalmente, disminuyeron drásticamente y no me queda otra. Enter, #cocinoconloquetengo y las recetas con pushitos.

He aprendido (y más me he obligado) a realmente cocinar y aprovechar hasta el último pedacito de chile pimiento, los dos tallos de apio viejitos en la gaveta de la refri, hacer risotto con un poquitito de arborio y basmatti, usar un cuadrito que quedó de queso (mentira, eso nunca queda), y así evitar 1. salir seguido al super y 2. desperdiciar comida. Y me he dado gratas sorpresas de cosas que han quedado muy ricas, usando la creatividad y un poquito de todo, desde ravioli rellenos de lo que kale viejito, pollo cocido y nueces, hasta tostadas de pan de masa madre con 1/2 cajita de arvejas congeladas.

Ahora, cuando tengo antojos de algo muy específico trato de planificarlos e incluir los ingredientes en mi lista del super. He tomado la costumbre de planificar mis comidas semanalmente y anotarlas en una hoja pegada en mi refri. He experimentado con nuevos proveedores de verduras, delivery y tiendas de productos especializados. Y a todo esto se le suman los retos de que hay escasez de algunos ingredientes (levadura, marcas específicas de algunos productos, ¡hasta carne molida!) así que ahora más que nunca toca improvisar.

Así que en los próximos días estaré escribiendo más posts con mi experiencia propia, aprendizajes y consejos para seguir cocinando e improvisando con lo que todos tengamos o lo que deberíamos mantener en casa, para que así todos nos animemos a entrar más a la cocina y comer rico. Para mientras, saben que a través de redes podemos seguir platicando de recetas, ideas o consejos y de las cosas sobre las que les gustaría ver aquí.

¡Gracias por leer este desahogo/reflexión hasta aquí! Nos leemos pronto…

 

 

 

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