¿A quién le fascinan los frijoles? ¡Que levanten la mano! Parados, volteados, en maleta, licuados, en rellenitos, en tostadas, en pan… ¿Y en sopa?
Aceptémoslo… la sopa de frijoles de la San Martín es de las mejores que hay en Guatemala… Peeero, no podemos estar ahí metidos todos los días verdad? Y de todas formas, no hay mejores frijoles que los de nuestra propia casa. Además, aquí les doy una alternativa con un sabor un poco diferente, solo por si algún día se aburren de comer los mismos frijoles de siempre…
Se puede preparar una olla completa o si son como yo… en el mismo bowl que se lo van a comer. Aquí los ingredientes para una porción “personal”:
INGREDIENTES:
- 1/2 taza de frijoles licuados
- 1/2 taza de caldo (puede ser de pollo o de res, y consomé en su defecto)
- 1/4 de cucharadita de comido
- 1 pizca de chile cobanero
- 1 tomate picado
- Cebolla picada
- Culantro picado
- Sal de ajo
- Crema
- Queso rallado o queso de panela (opcional)
La preparación es tan sencilla como mezclar el caldo caliente con los frijoles y sazonar con el comino en polvo y la sal de ajo. Las cantidades dependen realmente de su gusto.
Para servirla, solo agreguen todas las verduras bien picadas, una cucharada de buena crema y un poco de queso… y listo. Y si les gusta mucho el picante… que sean dos… o tres… o cuatro pizcas de chile cobanero. Y si tienen aguacate ¡pa’dentro! y si tienen nachos o tortillas… ¡pa’dentro también! Les prometo que de ahora en adelante les va a gustar comerse los frijoles así también (aunque sea de vez en cuando).