Crónicas de una Cocina Sin Mamá – Capítulo 1

Et voilá… se fueron las primeras dos semana sin la Mashi… Estamos vivos. Hemos comido rico. Hemos hecho travesuras.

Estas dos semanas estuvieron de locos, entre sacando nueva edición de CAPIUSA, terminando freelances, preparando disfraces de halloween (3 diferentes para ser exacta) y con novio enfermo. Pero al final logré cocinar cosas sencillas y ricas.



El primer día comimos lentejas que ya estaban listas y congeladas. ¡Gracias mami!


Segundo día: La mashi fue muy amable al dejarnos un atún listo para comer o preparar en algo rico, así que sólo tuve que ir al super a comprar lechuga y con lo demás que encontré en la refri, preparé una deliciosa ensalda con lechugas, espinaca, elotitos, tomate, cebolla morada, acompañada de aderezo de yogurt, culantro y unas gotas de limón (sólo fue cuestión de cortar, picar y licuar). Muuuuuy buen dressing BTW. Mis dos queridos comensales me hicieron el favor de tomar una foto, para que saliera mejor y más apetitosa.

Creo que Oscar fue el más inspirado para tomar su foto…

Día 3: Busqué en la extensa librera con, valga la redundancia, libros de cocina. Saqué aquel de “recetas fáciles” porque era para un viernes y tenía un poco de pereza. Una rica (o no tanto?) pasta con brócoli, elotitos, pollo y parmesano. No biggie. Preparar la pasta y en el wok sauté-ar cebolla, luego los brócolis, el pollo, por último los elotes y un poco de maicena para espesar (esa fue mi parte menos favorita creo yo).

Fin de semana: COCINA CERRADA.


El cuarto día, o siguiente lunes, fue uno de los primeros dilemas y retos en la cocina: un enorme, blanco y extraño coliflor. Nunca en mi vida había preparado uno. “¿Como @·%&! se prepara esta onda?” pensé, pero estaba cansada así que seguí mis instintos, puse una olla con agua y sal a hervir y luego al agua patos los pedazo de coliflor. No quedó mal, los acompañamos con mantequilla. El complemento fueron arroz y bistecs con cebollas caramelizadas con balsámico (otra cosa que nunca había hecho, pero vaya que soy observadora, esto sí quedó muy rico).


El martes fue un día nostálgico, el día del fiambre. Primer año sin el de mi familia y esa sazón. Espero poder hacer un post dedicado SÓLO a este manjar que se come 1 vez al año. No más comentarios sobre el tema por ahora. 


Día 6: ¡Este es el día para que te sientas orgullosa de mi mami! Logré hacer el arroz de espinacas “atrapa-novios” y vaya que lo atrapé, ¡tenía miedo pero de que se escapara con las comidas que había estado preparando! Esta riquísimo arroz se comienza preparando como uno normal, con todo y el pollo antes de agregar el agua, pero la variación está en que el agua que se le agrega, es agua licuada con las espinacas previamente cocidas. OJO: NUNCA usar el agua con el que se hirvieron las espinacas. Cuando está listo y “moisty” se le agrega una buena cantidad de queso mozarella y ¡MAMMA MIA!

El siguiente día, quise experimentar con algo de cocina guatemalteca. Así que preparé un Iguashté de Verduras. La atracción principal de este plato, es la salsa iguashté, la cual se prepara a base de pepitoria, miltomates, tomate, ajo y cebolla… todo esto tostado. 

Se licúa bien, se le agrega caldo o consomé, yo la preparé con consomé de res. Por aparte se cosen las papas y ejotes y luego se calienta todo junto en una olla. No entro en detalles de esta receta, porque debo decir, que el iguashté, y la cocina guatemalteca en general, es algo que debo mejorar… BIG TIME. Pero sí quedó medio rica.

Y para finalizar la segunda semana, el viernes preparé nada. Así es… HELLO!! es viernes, no tenía en lo absoluto, ganas de cocinar, ni tiempo. Así que bienvenidos sean los mega-shucos cerca de mi oficina. No se imaginan el tamaño de esos panes. No quise preguntar qué llevan, sólo se que son muchos embutidos juntos y el característico humo de una carreta de shucos. El toque se lo dio el haber comido parados en la banqueta.


Bueno, y pues eso. Pronto estaré escribiendo otro post con nuevas recetas de lo que he estado preparando estos días. Quisiera poder publicar más fotos, pero realmente me cuesta un poco entre controlar que no se me queme el agua y ver que la foto salga bien enfocada 😛


POSTDATA:


Obvio no podía terminar el artículo sin hacer mención especial a la cantidad de cochinadas y chucherías que comimos para Halloween con los primos: tostadas, peanut butter popcorn, plataninas, ponche de Mountain Dew con jugo de piña y gusanos, dulces, dulces, dulces y más dulces, cerveza (ew, lo sé), cheetos, en fin… 

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